Un apellido atravesado por la fotografía

Proyecto en curso.

Abel tiene en su haber tantas historias como sombreros. Sus ojos son como charcos de agua: profundos y brillosos. Además en ellos se esconden 100 años de historia de la fotografía, y cinco generaciones de nombres masculinos con A.

También escribió muchos libros de investigación, pero aún tiene uno pendiente: escribir un libro sobre Adolf Alexander, su tatarabuelo y pionero del daguerrotipo en Argentina.

Luisa dice que a lo largo del tiempo, Abel fue ocupando más rincones de la casa con sus investigaciones. Que una vez ella se fue de viaje y que cuando llegó una parte del cuarto de Fede (el hijo que tienen en común) había sido "tomado". Una imponente estantería con cajas azules y blancas muran el lateral de la entrada de la habitación.

Abel dice que tiene que vivir 80 años más para ordenar todos los archivos de sus investigaciones.
También me dice tengo que ir a Ouro Preto (Brasil) que es “el paraíso de los fotógrafos”, y lugar en el que conoció a Luisa. La próxima vez que vengas vamos a ir al museo de las mariposas que queda acá a la vuelta”, promete. Y me acompaña a la parada del 183.